viernes, 3 de octubre de 2014

Segunda oportunidad


Yo debería haber nacido diez años después y te debería haber conocido veinte años antes.
Si así hubiese sido, nuestras vidas serían tan distintas...
Hubiésemos hecho nuestros París, Roma, Londres, Lisboa... y tantos y tantos otros lugares que hemos visitado por separado.
Serias mi dueño, mi amante, mi amado, mi esposo, mi compañero, mi amigo, mi médico, mi guardián, mi enfermero...
Serías el único que ocupara toda mi vida, que llenaras toda mi existencia, me harías feliz hasta el infinito.
Yo, a cambio, te entregaría toda mi vida, mi amor, mis cuidados, mi compañía, estaría pendiente de hacerte feliz en cada segundo de tu existencia, pero sin agobiarte, respetando tu forma de ser y de pensar y dándote ese margen de libertad que todo ser humano necesita para realizarse a sí mismo.

Creo que a partir de ahora voy a creer en la reencarnación y cuando vuelva de nuevo a la vida te buscaré por todos los rincones de la tierra hasta encontrarte y esta vez no dejaré que nada ni nadie se interponga en nuestras vidas porque quiero hacerte feliz para toda la eternidad.

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