Todo en esta tierra me hacía pensar que había encontrado una estabilidad y serenidad que iba a durar para siempre.
Me sentí seguro y elegí seguir un único sendero de entre los cientos que se ofrecían a mi vista. Fue lo mejor que me pudo suceder y a través de ese sendero experimenté sensaciones y descubrí placeres que jamás soñé.
Pero una fatídica noche el camino se quebró.
Me así a un clavo ardiendo y me quemé. Quise saltar el abismo y me precipité al fondo. Caí y mi frágil corazón se rompió en mil pedazos.
Poco a poco voy reconstruyendo el camino. He tendido un puente entre las dos orillas de la profunda sima, que por ahora está aguantando los embates de la vida. Y las heridas de mi corazón van sanando aún sin la anhelada y añorada cura que lo haga palpitar de nuevo y que no sé si volveré a tener algún día, pero las cicatrices permanecerán ahí para siempre.
Incierto el futuro que me aguarda y cruel el destino que me hizo saborear los placeres de esta tierra para ahora arrebatármelo todo y dejarme exánime.
Me sentí seguro y elegí seguir un único sendero de entre los cientos que se ofrecían a mi vista. Fue lo mejor que me pudo suceder y a través de ese sendero experimenté sensaciones y descubrí placeres que jamás soñé.
Pero una fatídica noche el camino se quebró.
Me así a un clavo ardiendo y me quemé. Quise saltar el abismo y me precipité al fondo. Caí y mi frágil corazón se rompió en mil pedazos.
Poco a poco voy reconstruyendo el camino. He tendido un puente entre las dos orillas de la profunda sima, que por ahora está aguantando los embates de la vida. Y las heridas de mi corazón van sanando aún sin la anhelada y añorada cura que lo haga palpitar de nuevo y que no sé si volveré a tener algún día, pero las cicatrices permanecerán ahí para siempre.
Incierto el futuro que me aguarda y cruel el destino que me hizo saborear los placeres de esta tierra para ahora arrebatármelo todo y dejarme exánime.
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