Aquel viaje iba a ser diferente. Tras los últimos acontecimientos y después de largo tiempo sin verse, una especie de nerviosismo y deseo creaban una atmósfera inquietante en su interior.
El camino transcurría y las noticias en la radio se sucedían una tras otra como un eco que ponía fondo a sus propios pensamientos. Una densa niebla hacía pensar que había entrado en un mundo de fantasía y casi sin darse cuenta estaba llegando a su destino.
- “Saliendo de la autovía”.
- “Ok”.
.....
Un abrazo largo, cálido, tierno, profundo, les envolvió en su reencuentro. Miles de sentimientos se entrelazaron en unos segundos y miles de sensaciones se fundieron entre besos y caricias.
.....
Tumbados y relajados sintieron pasar el tiempo con hiriente rapidez y una vez más un abrazo (o mil) y un beso (o mil) les separaba para mantener viva una llama de esperanza de un próximo encuentro.
- “Gracias por quererme tanto”.
- “Gracias por dejarme verte”.
Reprimió una lágrima que intentaba escaparse y reanudó el camino de vuelta. La niebla se había convertido en lluvia y mientras discurría el paisaje tras una cortina de agua, su pensamiento viajaba una vez más a su interior.
Y viajando a ninguna parte se encontró cara a cara con su alma desnuda para descubrir que un invisible hilo les mantendría unidos para siempre.
El camino transcurría y las noticias en la radio se sucedían una tras otra como un eco que ponía fondo a sus propios pensamientos. Una densa niebla hacía pensar que había entrado en un mundo de fantasía y casi sin darse cuenta estaba llegando a su destino.
- “Saliendo de la autovía”.
- “Ok”.
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Un abrazo largo, cálido, tierno, profundo, les envolvió en su reencuentro. Miles de sentimientos se entrelazaron en unos segundos y miles de sensaciones se fundieron entre besos y caricias.
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Tumbados y relajados sintieron pasar el tiempo con hiriente rapidez y una vez más un abrazo (o mil) y un beso (o mil) les separaba para mantener viva una llama de esperanza de un próximo encuentro.
- “Gracias por quererme tanto”.
- “Gracias por dejarme verte”.
Reprimió una lágrima que intentaba escaparse y reanudó el camino de vuelta. La niebla se había convertido en lluvia y mientras discurría el paisaje tras una cortina de agua, su pensamiento viajaba una vez más a su interior.
Y viajando a ninguna parte se encontró cara a cara con su alma desnuda para descubrir que un invisible hilo les mantendría unidos para siempre.
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