miércoles, 17 de octubre de 2012

El viento y el bosque

Movíase el viento con incesante turbulencia buscando un lugar apacible en donde reposar.
Probó uno y mil lugares. Cada sitio le parecía mejor que el anterior, mas en ninguno encontraba el sosiego que andaba buscando.

“Voy más lejos- se decía- seguro que podré descansar pronto”. Y así día tras día, año tras año, con una sensación de inquietante agitación.
“Viento –le dijo un día el agua- cesa en tu empeño de buscar tranquilidad. Tú eres inquieto por naturaleza y nada podrás hacer par cambiarlo”.

El viento se quedó triste, muy triste, casi a punto de abandonar. En esto, divisó a lo lejos un bosquecillo y se dirigió hacia él. Al llegar se internó tímidamente en él, como sin querer, para no asustarlo y poco a poco el viento fue perdiendo intensidad hasta convertirse en un suave murmullo al pasar entre las hojas de los árboles. Y allí se quedó para siempre.

Cuentan que aún se puede oír cómo el viento le susurra al bosque:

Gracias por dejar que se cumpla mi sueño.
Gracias por estar ahí para encontrarte.
Gracias por permitir que forme parte de tu vida.
Gracias por emocionarte con mis palabras.
Gracias por dejarte querer.
Gracias por quererme.
Gracias… gracias…. muchas gracias….. TQM

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