domingo, 21 de octubre de 2012

¡Cómo duele!

Y lloré...
Lloré de rabia, lloré de envidia, lloré de celos.
Abrí suavmente los ojos en la penumbra de la madrugada... las dos... y lloré, lloré de imaginarte en otros brazos.

El sopor me venció, pero la madrugada se encargó de despertarme... las tres... y lloré... lloré de impotencia.

Poco a poco me fui quedando relajado hasta caer en unas profundidades inquietantes... tan inquietantes que abrí los ojos... las cinco y media.... y lloré, lloré con resiganción.

Las siete, casi dormido.... las siete y media. Sonó el despertador. Estaba rendido. Tan rendido que ya no me quedaban fuerzas para llorar.......

¡¡¡¡ Diosssssssssssssss !!!!.... ¡¡¡ Cómo duele querete !!

Pero ya pasó todo, sólo fue una nube de tormenta, ahora de nuevo luce un sol radiante.

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