No sé a dónde voy, no sé hasta dónde puedo llegar, ni siquiera sé qué hago caminando hacia ninguna parte.
Pero no dejo de caminar esperando encontrar, tal vez inconscientemente, un destino imposible de alcanzar.
En más de una ocasión he cerrado puertas y ventanas, pero siempre queda un resquicio por donde penetra la luz, aunque no sea la luz que yo espero. Al final vuelvo a abrir con la confianza de que penetre ese ansiado rayo y cuando está a punto producirse el milagro, una vez más el destino me juega una mala pasada y todo se tuerce.
No sé si estoy cabreado o aburrido, harto o deprimido, enfadado o tristón, desanimado o insoportable, receloso o pasota.
Estoy más raro que un perro verde.
Aunque tampoco sé cuánto más puedo aguantar así. Poco a poco empiezo a cansarme. La esperanza se escapa por momentos y la ilusión se torna en apática rutina.... ¡Maldito amor que los trastocas todo...!
Presiento que algún día voy a dar el cerrojazo definitivo.
Pero no dejo de caminar esperando encontrar, tal vez inconscientemente, un destino imposible de alcanzar.
En más de una ocasión he cerrado puertas y ventanas, pero siempre queda un resquicio por donde penetra la luz, aunque no sea la luz que yo espero. Al final vuelvo a abrir con la confianza de que penetre ese ansiado rayo y cuando está a punto producirse el milagro, una vez más el destino me juega una mala pasada y todo se tuerce.
No sé si estoy cabreado o aburrido, harto o deprimido, enfadado o tristón, desanimado o insoportable, receloso o pasota.
Estoy más raro que un perro verde.
Aunque tampoco sé cuánto más puedo aguantar así. Poco a poco empiezo a cansarme. La esperanza se escapa por momentos y la ilusión se torna en apática rutina.... ¡Maldito amor que los trastocas todo...!
Presiento que algún día voy a dar el cerrojazo definitivo.
Desde luego actualmente yo me siento igual
ResponderEliminarGracias por leer y dejar tu comentario.
Eliminar